Wuji Dao

Wuji Dao es un recipiente vacío en donde todo cabe.

Wuji Dao es un recipiente que nunca se llena por más información que se vierta en dentro.

Wuji Dao es el cuenco que recoje el agua fresca del río para calmar al sediento de Conocimiento.

Wuji Dao es el agua del río que siempre se renueva.

Wuji Dao es la plenitud del vacío.

Reconocerse

Hoy me siento lúcido, con mi mente despejada.

No es sencillo estar en calma, eso sólo dura un momento. La mente es la superficie líquida que refleja el asedio estresante del ego y el orgullo proyectándolo por todo nuestro interior, proyectándolo hacia fuera. Mucho ego daña, poco ego aplasta. Los dos extremos son el resultado del miedo.

Hoy me siento lúcido y puedo decirme a mí mismo que siempre he estado equivocado. Ahora veo que la valentía de un ser humano está en reconocer sus limitaciones y miedos, sus carencias e inseguridades... sin añadir más mente, sin añadir más tensión, tan sólo observando como un tigre agazapado. 

Reconocerse es volver a conocerse, viendose así mismo con ojos renovados, con los ojos del espíritu.

Ya lo dijo el Maestro Jesús: "La Verdad os hará Libres".

Hoy me siento lúcido y quiero ser libre.

La Plenitud del Vacío

El pensamiento, la filosofía o la conducta que ayuda en un momento determinado entorpece en otro.

Fluir sin adherencias, desapegarse, ser libres.
Nada, absolutamente nada, como un curalotodo.

Experimentación, siempre experimentación.
Coagulando y disolviendo.
Aprendiendo, integrando y desaprendiendo.

El estado aferente-eferente en un contínuo flujo infinito: necesitas mi ayuda... yo te la presto, necesitas que te ignore... así lo hago, donde tú te contraes yo me expando, donde tu te expandes yo me contraigo, quieres que la lucha se haga inevitable... acompañame y luchemos no me preocupa la derrota ni temo a la pérdida.

El hacer y el no-hacer sin interrupción, serpenteando sin tensiones.

La expectativa genera miedo y el miedo destruye el amor, destruye lo que somos.

Transforma, siempre transforma.

El Sagrado Grial

La felicidad, ese estado anhelado por las personas que no han entendido aún los Misterios del Espíritu, es la Sal de la vida. La fijación momentánea en el proceso incesante de balanceo entre los opuestos complementarios.

Somos Guerreros y Guerreras batallando sin fin en la dualidad, la Imperfecta Perfección, luchando por convertir el proceso de vida en un movimiento de serpiente. Coagula et Solve.

En el Infinito Sendero... el Sagrado Grial espera.

Leyenda

Él llora ante la belleza nacida del ensueño.

En lo profundo del océano resuena el eco de la creación.

La música sin tiempo, compuesta de lágrimas de mar, se derrama en forma de notas, dando vida a los espíritus libres.

Cada gota, cada canto, encierra la sabiduría de Aquél Que Se Ensoñó.

Recorriendo ríos en un ciclo atemporal, las lágrimas del Creador dan forma a sus Leyenda Individuales, vida tras vida, aprendiendo con el fluir de sus hermanas, a veces estancándose, siempre rozándose con el saber de rocas, piedras y montañas, aprendiendo a ser ellas mismas a pesar de las dudas.

En la lucha de la Rueda del Tiempo las lágrimas derramadas son el recuerdo de lo que hemos sido y de lo que somos.

Siempre La Luz!

Formamos parte del Gran Misterio porque Somos el Gran Misterio.

Nuestra vida en la tierra está marcada por el Buen Combate porque de ello depende nuestro viaje de regreso a las estrellas.

La Espada que custodia la Verdad Universal se conquista con el corazón.

¡Buena Lucha!

La Unidad del Espiritu II

El universo nos absorbe y nos expulsa en un vaivén de fuerza, conocimiento y amor.

Cuando la fusión del espíritu tiene lugar se produce un estremecimiento que baña a los seres con el bálsamo de la verdad infinita transportandolos en el No-Tiempo y el No-Espacio, hacia el Todo siendo Nada.

La sensación es tan fuerte que se siente y se toca desde dentro hacia fuera en todas las direcciones.

Es el querer ser Uno. Es ser Uno durante una fracción de eternidad.